Los turistas que quieran visitar Venecia deberán tener una reserva de estancia y pagar por ingresar a la ciudad de los canales, a través de unas casillas situadas en los principales puntos de paso al centro histórico, ya probablemente a partir del verano de 2022, según informan medios italianos.
La medida, que se había atrasado por la pandemia, tenía que iniciar a aplicarse el 1 de enero, pero no será hasta el 1 de junio cuando entren en funcionamiento los torniquetes, aunque en septiembre se comenzará a hacerse un ensayo un área determinada de la ciudad con los cuatro modelos de tornos que está conviniendo el Ayuntamiento.

La entrada a Venecia y su costo
La entrada a Venecia, llamada a ser la primera urbe del mundo con entrada de pago, podría valer entre 3 y 10 euros, según el día y de la cantidad de personas anunciadas.
Los únicos exentos de pago serían los residentes de la región del Véneto, aunque no se les quita que tendrán que tener una reserva, mientras que los niños menores de seis años quedarían descartados, así como los familiares hasta el tercer grado de los habitantes y a los miembros de la familia de personas que viven de arrendamiento en el municipio, entre otros.

La reserva se desarrollará a través de una aplicación o en la web, con un código QR que servirá para pasar los leedores ópticos de los torniquetes, parte de un sistema tecnológico que contiene más de 500 cámaras de alta definición que las fuerzas del orden utilizaron durante el G20 Economía de julio y un centenar de sensores que a través de teléfonos inteligentes enlazan las redes de la telefonía móvil de quienes están en la ciudad.

Las pruebas se iniciarán en septiembre en la isla del Tronchetto, donde está el comando de la policía local y el punto desde donde se controla digitalmente todo el territorio.
La polémica está en la mesa, pues muchos la ven una medida inconstitucional y contradictoria con la legislación europea, y que se podría hacer para un sitio limitado, como la plaza de San Marcos, pero no para una ciudad entera, donde se supone la consagración de Venecia como parque temático.
«La medida que podría entrar en vigor a partir del verano de 2022 no sirve para programar los flujos, es solo una forma de hacer dinero. Y nosotros los venecianos desobedeceremos, porque no tenemos ninguna intención de dejarnos fichar en nuestro paso por los tornos», asegura a La Satmpa.