Viajar a Colombia y en espacial a Santa Marta es un a experiencia Inolvidable. Santa Marta es la ciudad más antigua de Colombia y la segunda más antigua de Sudamérica. Se conoce como un atractivo turístico, porque es una ciudad que lo tiene de todo, sea cual sea el plan que un visitante tenga. A continuación compartimos sus atractivos más destacados:
Las playas del Parque Tayrona
Sin lugar a dudas cuando de mar se trata, el Parque Tayrona es parada obligada. Acá una lista de las 14 hermosas playas que componen esta área protegida:
Playa Brava
El lugar es ideal para camping y hamacas, ya que cuenta con un área bastante abierta. Su ingreso es por el sector de Calabazo, después de pasar por Pueblito, el sendero es bastante ascendente y con muy poco recorrido plano. En el camino se pueden ver quebradas y diversidad en fauna y flora. En playa Brava hay cabañas sencillas para alojarse y los costos varían según las temporadas y su capacidad de negociación, también se encuentra servicio de restaurante.
Palmarito
El ingreso es bastante exigente, ya que hay que caminar alrededor de tres o cuatro horas por senderos que no están muy señalizados por la falta de tránsito peatonal. Es una de las playas más pequeñas del Parque Tayrona y la zona está repleta de palmas de coco. La playa no es apta para baño por sus olas fuertes.
Guachakyta
Es una de las pocas playas del parque en la que sus aguas tranquilas permiten el baño. Sus aguas son cristalinas y su arena es blanca. La playa es pequeña y cuenta con poca vida marina, pero esto es reemplazado por lo hermoso del paisaje.
Castilletes
El sector de Castilletes limita con la playa de Cañaveral. En esta zona el mar es muy oleado y fuerte, por esta razón no es para bañistas. Cuenta con una amplia zona de camping, hamacas y cabaña para alojamiento en cuartos con baños privados y compartidos. También cuenta con restaurante.
Playa Cañaveral
Aunque es una de las playas más pequeñas, es una de las más peligrosas del parque. Cuenta con un sector apodado La Piscinita, donde es posible bañarse con tranquilidad. Este sector se encuentra frente al hotel Ecohabs Tayrona, que consta de 14 cabañas con una vista sin igual al mar Caribe. El hotel cuenta con restaurante para una mejor comodidad, ya que cercano a él no encontrará otro sitio para adquirir alimentos.
La playa Cañaveral cuenta con un sector de arrecifes y corales casi virgen, ya que por ser una de las playas más peligrosas del parque, no ha sido muy explorado.
Playa Arrecife
Es la playa más grande que se encuentra dentro del Parque Tayrona. Como su nombre lo indica, por debajo del agua está conformada por muchos arrecifes y piedras que hacen que el oleaje de esta sea muy fuerte y peligroso, por esta razón no es permitido que los visitantes se bañen en el lugar.
Arrecife es la segunda playa, después de Cañaveral, que se encuentra al ingresar al parque por la entrada de Zaíno. Para llegar se debe caminar 45 minutos por una selva húmeda y boscosa llena de acantilados y piedras. Esta playa solo se logra ver si se atraviesa una barrera de arborización que ha crecido alrededor de la orilla. En Arrecife hay zona de camping, hamacas y cabañas.
Arenilla
Es una pequeña porción de playa ubicada a solo 10 minutos caminando desde Arrecife. Destaca su arena blanca y gruesa y, por supuesto, que es apta para el baño gracias a sus aguas que son tranquilas y sin oleaje. Es solo una playa de paso, ya que no hay ningún tipo de servicio de comidas, baños, camping, etcétera.
Playa La Piscina
Es una de las pocas playas del Tayrona en la que se puede nadar con más tranquilidad. Lleva este nombre ya que se encuentra rodeada de una barrera de rocas, que ayuda a disminuir el fuerte oleaje del mar en este sector, por lo que físicamente parece una piscina.
Es una playa pequeña, pero esto no le quita belleza y atractivo. No hay zona para acampar o hamacas, así que es una playa de paso que se encuentra en medio de Cabo San Juan del Guía y Arrecife.
Playa Cabo San Juan del Guía
Sin lugar a dudas es la playa más solicitada por turistas que llegan a conocer el Parque Tayrona. Es reconocida mundialmente por una famosa fotografía en la que se puede ver una colina en medio del mar y en su cima un kiosco en el que las personas pueden alojarse en hamacas o habitaciones con cama.
La playa está rodeada de mucha vegetación y se caracteriza por su mar que combina perfectamente el azul del cielo y el verde que refleja la vegetación. La arena de esta playa es gruesa y dorada, lo cual la hace poco adherible.
En este sector hay restaurante y una amplia zona para camping. Se puede llegar por las dos entradas del parque, la del Zaino y la de Pueblito, adicional a esto se puede llegar desde Taganga tomando una lancha que tiene como duración 50 minutos de recorrido.
Bahía Cinto
Es una de las playas más tranquilas y hermosas del parque. Destaca por sus aguas cristalinas, su verde vegetación en todas las temporadas del año, su arena amarilla que le da un toque dorado como muy pocas playas en el mundo. También es un buen lugar para practicar careteo o buceo por su gran vida submarina.
En esta playa se puede encontrar lugar para pasar la noche en hamacas con previa reserva, pero siempre se debe tener en cuenta que está en una zona muy alejada de la ciudad, que no encontrará lugar de atención cercano y que debe ir preparado con víveres para esa aventura.
Neguanje
Considerada la bahía más grande dentro del Parque Tayrona. Su ubicación central permite ser uno de los puntos estratégicos para conocer otras playas cercanas. Su oleaje es fuerte pero permiten el baño en dos sectores. Es ideal para practicar buceo y careteo, cuenta con una vida marítima muy diversa en corales y peces, todo un espectáculo de la vida submarina.
Durante mucho tiempo sirvió a los indígenas como cementerio, por esta razón es considera un campo santo. La vegetación que la rodea es en un 60% seca y otro 40% bosque húmedo.
Bahía Gayraca
Se encuentra ubicada en medio de Bahía Concha y Neguanje. Cuenta con una gran extensión de terreno cubierto con arena muy fina y blanca.
Es una playa totalmente desierta, así que es recomendada solo para visitas diarias y en especial para practicar careteo o buceo, ya que cuenta con una gran extensión de barrera de corales, variedades de peces y resto de vida marina.
A esta playa se llega solo en lancha y de aquí se puede visitar otras pequeñas por medio de senderos.
Bahía Chengue
Playa Chengue es de las menos concurridas del Parque Tayrona, ya que su ingreso es por lancha o por un sendero un poco exigente. La playa es pequeña, la arena es muy fina y blanca, pero siempre estará llena de ramajes de árboles, ya que el sector se caracteriza por una selva seca y mucha vegetación de agua de sal por una parte, y por otra parte vegetación de agua dulce, ya que en el lugar encontrarán una ciénaga con mucha vida, la cual es ideal para avistamiento de aves y pesca.
Playa Chengue no es recomendable para quedarse a acampar o dormir, ya que el lugar es muy distante y solitario.
Bahía Concha
Ubicada a solo 30 minutos de Santa Marta, es una de las playas más visitadas por los turistas y samarios. La bahía está rodeada de montañas y su vista es muy agradable. Llegando a ella, a mano derecha, se encuentra la desembocadura de un riachuelo que hace el paisaje más completo.
La playa es bastante grande y a sus orillas hay mucha sombra de árboles de agua salada que son uno de sus atractivos, ya que es más fácil para los visitantes colgar hamacas o armar sus carpas debajo de ellos para sentir la brisa marina.
Acuario y museo del mar del Rodadero
El Acuario y museo del mar del Rodadero es un acuario público y un museo marítimo situado en la ensenada Inca Inca frente a la playa El Rodadero en Santa Marta.
Accesible principalmente en lancha, el acuario cuenta con 13 piscinas con conexión directa con el mar Caribe, y 15 acuarios de vidrio que contienen más de 805 animales que incluyen tiburones, tortugas marinas, delfines, leones marinos, crustáceos, peces y aves marinas, el 98% de los cuales son nativos de la zona.
El acuario también contiene una sección de museo que exhibe especímenes disecados y equipamiento náutico, así como una exposición que se centra en la cultura pre-colombina de los Taironas y su conexión con el mar.
Visita a pueblos Palafitos
Es un encuentro cultural con comunidades de pescadores es lo que vivirás en los pueblos palafito de la Ciénaga Grande de Santa Marta, donde las coloridas casas de madera y las canoas son parte vital del paisaje. El viajero podrá recorrer el pueblo de Nueva Venecia, se sorprenderá con sus tradiciones y podrá interactuar con su gente. Indudablemente se disfruta de la naturaleza y la multitud de aves que se encontrar durante todo el recorrido.
Paseo por el centro histórico de Ciénaga
Ciénaga, un importante centro urbano del departamento del Magdalena, posee uno de los conjuntos arquitectónicos de influencia republicana más representativos del esplendor bananero asociado con la riqueza agrícola de esta región. Se destacan edificios institucionales y casas de haciendas que revelan la abundancia que disfrutaron los dueños del negocio del banano.
Al recorrer sus calles se refleja el esplendor que tuvo el municipio gracias al banano; y visitar pueblos palafito cercanos son algunas actividades para disfrutar en la zona.
Santa Marta y su centro histórico
En sus calles nace el sentimiento de un pasado glorioso. Santa Marta no fue cualquier ciudad, y menos a la vista de lo que hoy puede llamarse con orgullo su centro histórico.
Balcones de madera oscura ribeteados de ondas y formas que destilan buen gusto. Fachadas blancas y otras coloridas que componen una canción visualmente seductora. Santa Marta sabe expresar lo que contiene en su interior: mucha riqueza histórica y cultural.
No falta señalar esos parques que favorecen el encuentro y los re-encuentros, etapas ineludibles de un paseo en fin de semana. En esos lugares se disfruta la ciudad a la sombra de un árbol o de una sombrilla que ofrecen algunas terrazas de bares al más puro estilo mediterráneo.
Pero toda caminata tiene su principio, y la catedral de Santa Marta debe ser el punto de partida de este gran entramado urbanístico. Considerada la primera catedral de América Latina, su construcción empezó en 1765 y se extendió durante más de un siglo debido a los constantes ataques de corsarios ingleses, franceses y holandeses.
En Santa Marta murió Simón Bolívar y, como resultado, la ciudad es conocida por albergar durante mucho tiempo los restos del libertador. En la catedral destaca una placa que recuerda un solemne desfile efectuado el 20 de diciembre de 1830 desde la Casa de la Aduana (hoy sede del Museo del Oro) para trasladar los restos funerarios. En 1842 estos restos fueron exhumados y enviados a Caracas, la ciudad natal de Bolívar.
Pero el nombre del libertador de 5 naciones no sólo resuena en los alrededores de esta temprana edificación. Siguiendo el trazado de dos calles que la bordean, descubrimos la exquisitez del espíritu colonial que impera en el centro. Y si es cierto que algunas fachadas revelan la ausencia de mantenimiento, predomina siempre la idea de un florecimiento reciente que se apodera poco a poco de cada esquina.
Topamos con los aires de grandeza de una plaza que nos recuerda –otra vez– al gran Libertador: la plaza de Simón Bolívar. En este punto neurálgico se ubican la alcaldía, el museo del Oro y el Banco de la República. La sombra de los árboles brinda un espacio para el reposo y un momento para decidir sobre qué ruta seguir: el camino a la playa o volver a explorar el centro.
El camino a la Plaza de los enamorados, expone la gran oferta gastronómica de la ciudad pero también hotelera. Hostales elegantes instalados dentro de casas coloniales como el hostal de San Pedro, la Casa del Farol o La Casa de Leda se alternan con otros restaurantes variados en un conjunto deslumbrante y entretenido.
El camino a la playa revela dos facetas reconciliadas de la ciudad: su carácter moderno y tradicional. La estatua de Rodrigo Bastidas en el paseo marítimo nos traslada a los tiempos de la fundación de Santa Marta. Las figuras de algunos indígenas recuerdan la presencia de las cuatro etnias del litoral, mientras que la marina al fondo descubre el desarrollo de los últimos años.
Quinta de San Pedro Alejandrino
Uno de los sitios turísticos de Santa Marta más emblemáticos por haber sido la hacienda donde el héroe americano Simón Bolívar paso sus últimos días antes de morir en 1830. Hoy administrada por la Fundación Museo Bolivariano, conserva las características y valores arquitectónicos y paisajísticos de sus inicios, utilizándose sus extensos terrenos de arboles centenarios como jardín botánico y sus espacios construidos como espacios museográficos.
Dentro de estos últimos, son posibles de visitar tanto las antiguas instalaciones dedicadas a la producción y almacenaje del ron como la casona principal y sus dependencias. Reformas más modernas han anexado al conjunto, un área conocida como el Altar de la Patria en honor a Simón Bolívar y un Museo de Arte Contemporáneo con una muestra que supera las 200 obras de artistas latinoamericanos. Más información de tarifas y horarios en el sitio de la Fundación.
Tayronaka
Una finca del fallecido capitán Francisco Ospina Navia que inicialmente estaba destinada a cultivos de flores exóticas y donde encontraron vestigios de una antigua ciudad Tayrona, es otro de los atractivos. Este lugar cuenta con un museo arqueológico, donde están exhibidas piezas de cerámica, piedra, cuarzo y cornalina, hachas, ocarinas y urnas funerarias de los indígenas tayronas; 10 terrazas que fueron restauradas, una cansamaría (casa ceremonial) de los kogui, cuatro cabañas para hospedarse y un restaurante.
Las actividades que les ofrecen a los visitantes son el descenso en flotador o en kayak por el río Don Diego, que nace en los nevados de la Sierra Nevada de Santa Marta. El recorrido inicia desde Taironaka o si la persona es más aventurera puede caminar hasta la unión de los ríos Don Diego y Don Dieguito.
En el descenso observan aves migratorias y monos aulladores, y llegan a la unión del río Don Diego y el mar Caribe, donde permanecen 20 minutos. Luego son trasladados en lancha hasta el parqueadero de Taironaka.