Por Marco Carvajal
Cuando se trata del Día de los Muertos, no existe ningún lugar en Estados Unidos que celebre esta festividad tradicional mexicana como San Antonio.
Este año, cuando la ciudad celebra el tricentenario de su fundación, se ofrecerán más de 20 exclusivos eventos del 20 de octubre al 3 de noviembre, más que ninguna otra ciudad de Texas, y probablemente más que ninguna otra ciudad del país.
Las raíces mexicanas son profundas en San Antonio (anteriormente una capital colonial de Nueva España y la capital estatal del estado mexicano de Coahuila y Tejas). La ciudad se encuentra a tres horas en auto de la frontera entre México y Estados Unidos, y más del 60 % de la población de la ciudad es de descendencia mexicana.
Esta herencia cultural es evidente en el incansable espíritu festivo de San Antonio —la ciudad es sede de una lista aparentemente interminable de festivales y eventos cada año, entre ellos la Fiesta San Antonio, de 10 jornadas de duración, en abril— y también se siente marcadamente en lo que respecta al Día de Los Muertos.
Las actividades de este año van desde pequeños encuentros con altares tradicionales y pintarse la cara, hasta festivales de varios días con la presencia de música en vivo, caminantes en zancos, comida mexicana y desfiles festivos.
Además de las celebraciones oficiales, los restaurantes y cafés de todo San Antonio exhibirán altares, decoración tradicional y pan de muerto recién horneado, un popular tipo de pan dulce que también se utiliza como ofrenda para los seres queridos que han fallecido.
Este espíritu colectivo ofrece una manera inolvidable de experimentar la ciudad, así como de conocer a fondo esta singular festividad histórica que contempla la muerte con ligereza y humor en lugar de miedo.
La mayoría de las actividades son para el disfrute de toda la familia, lo cual permite que los niños aprendan sobre las ricas tradiciones de la festividad para así ayudar a mantenerla viva por muchas generaciones futuras.