Quito histórica, cultural llena de arte, naturaleza, sabores y su gente tan especial que brinda una experiencia sin igual.
La ciudad enclavada en los Andes y rodeada de volcanes con una belleza que sorprende ofrece una serie de experiencias que siempre se mantendrán en nuestra memoria de turista.
Cuenta con un Centro Histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978. Allí se puede visitar la Plaza Grande donde en su Conjunto Arquitectónico confluyen edificios increíbles por su fachada e historia ,como la Casa de Gobierno, la Catedral con su colección de obras de arte de la época y las famosas cúpulas de donde se puede observar el casco antiguo de la ciudad. Cerca de allí a solo pasos se encuentra la Iglesia de La Compañía de Jesús Joya del Barroco en América, su belleza sorprende nuestra imaginación comenzando su obra en 1605 la cual demoro 160 años , su riqueza también destaca por estar recubierta toda en láminas de pan de oro.
A pocos metros de allí se encuentra la calle La Ronda famosa por su aspecto señorial , sus restaurantes y tiendas de artesanía.
Visitar el Mirador del Panecillo permite observar la ciudad al completo y ver como la misma se asimila a la geografía rodeada de volcanes. Otra opción es visitar el Teleférico de Quito con una vista a más de 4.200 metros de altura, algo increíble.
Tan solo a menos de una hora podemos llegar a la Mitad del Mundo donde en su Museo Intinian pueden observar fenómenos físicos que solo se dan allí en ese punto geográfico.
Para los amantes de las plantas y en la misma dirección a pocos minutos en medio de una floresta increíble, variada y bien tupida se encuentra la reserva El Pahuma, allí las orquídeas abundan al igual que todo tipo de aves, un verdadero festival de colores. Siguiendo el recorrido, pero ya de regreso a Quito es importante visitar El Crater lugar turístico por excelencia en lo que fue un volcán con vistas inigualables al estar al borde del abismo con la posibilidad de saborear la rica gastronomía ecuatoriana en el restaurante del mismo nombre.
Ya en la ciudad es imperdible visitar los barrios de La Floresta conocido por sus casonas tradicionales donde habitaban familias de renombre, aunque algunas siguen allí. El barrio La Mariscal es otro punto donde se puede palpar la noche de la ciudad por la abundancia de lugares a disfrutar como restaurantes, discotecas y otros.
Esta breve descripción no hace honor a la ciudad pues hay mucho más por descubrir y experimentar por lo que les invito a recorrerla.