Aunque Halloween es una celebración popular en muchos lugares, hay países donde no se celebra de manera tradicional o no tiene el mismo impacto cultural. En algunos casos, estas naciones tienen sus propias festividades que coinciden con la fecha o rechazan la celebración por motivos culturales o religiosos.
Arabia Saudita y otros países del Medio Oriente
En muchos países de esta región, Halloween no se celebra debido a las diferencias culturales y religiosas. La festividad es vista como una tradición occidental que no encaja con las normas islámicas, y en algunos lugares, la celebración está prohibida oficialmente.
China y Japón
Aunque Halloween ha ganado popularidad en las grandes ciudades como un evento comercial, tradicionalmente no se celebra. En China, el Festival del Fantasma Hambriento es más relevante, mientras que en Japón, eventos como el Obon tienen más importancia cultural.
Rusia
Halloween no es una festividad tradicional en Rusia y enfrenta cierta resistencia por parte de grupos religiosos y conservadores que la consideran una influencia occidental innecesaria.
¿Por qué se celebra Halloween?
Halloween tiene sus raíces en el antiguo festival celta de Samhain, celebrado en lo que hoy es Irlanda y Escocia. Samhain marcaba el final de la temporada de cosechas y el inicio del invierno. Durante esta festividad, se creía que los espíritus de los muertos regresaban al mundo de los vivos, lo que llevó a prácticas como encender hogueras y usar disfraces para ahuyentar a los fantasmas.
Con la llegada del cristianismo, Samhain fue incorporado al calendario cristiano como la víspera del Día de Todos los Santos. Los inmigrantes irlandeses y escoceses llevaron estas tradiciones a Estados Unidos en el siglo XIX, donde evolucionaron hasta convertirse en la festividad secular conocida hoy en día como Halloween.
En Estados Unidos, Halloween se ha convertido en una celebración masiva con actividades como «truco o trato», fiestas de disfraces y decoraciones temáticas. La comercialización de Halloween ha contribuido a su expansión global, aunque cada país lo adapta según sus propias tradiciones culturales.