Es posible que al mencionar Georgia, en lo primero que pienses sea en el estado homónimo estadounidense cuya capital es Atlanta. Sin embargo, la realidad es que nos referimos a un país mucho más cercano, situado a caballo entre Europa y Asia.
El país de Georgia tiene una población similar a la ciudad de Madrid, pero mucho que ofrecer. Al norte, la cordillera del Cáucaso se encargará de regalar paisajes montañosos y escarpados, ideales para los amantes del esquí y del senderismo, mientras que al este, el Mar Negro ofrece playas poco transitadas de arena negra y medicinal. Visitar Georgia supone descubrir una tierra en la que aún las tradiciones mandan, un país que no te esperabas. ¡He aquí por qué viajar a Georgia será una experiencia para recordar!
1. Su capital, Tbilisi, es una sorpresa a cada paso
Uno de los atractivos de Georgia arranca precisamente en su capital, Tbilisi. La ciudad es el perfecto punto de partida para comenzar a profundizar en el país caucásico. Con sus pintorescos balcones de madera, el centro histórico permite hacerse una idea del esplendor de Tbilisi en tiempos pasados. En sus calles, descubrirás cómo hasta lo más descuidado puede ser increíblemente bello. Puestos de churchkhelas (dulces georgianos a base de uva), iglesias ortodoxas y restaurantes (a cuál más encantador) se encargan de dar la bienvenida al visitante.
No te pierdas Abanotubani o barrio de los baños, donde se fundó la ciudad y donde tendrás la oportunidad de sumergirte en una bañera de aguas sulfurosas que brotan de la tierra de manera natural a más de 35ºC. Asciende a la fortaleza de Narikala para las mejores vistas de la ciudad o acércate a la espectacular Sameba, la tercera catedral ortodoxa más grande del mundo.
2. La cocina georgiana se convertirá en el mejor descubrimiento
La gastronomía georgiana es uno de los más gratos hallazgos al viajar a Georgia. Los georgianos están muy orgullosos de su khachapuri (una masa de pan con varias versiones, dependiendo de la región de origen). Sin duda alguna, el Adjaruli khachapuri (un pan con forma de barca, queso y huevo) te dejará sin palabras, pero también los khinkali (pequeñas bolsitas de masa con carne en el interior). Su pasión por las carnes asadas y guisos hará las delicias de los carnívoros, aunque los vegetarianos también encontrarán buenas opciones como el lobio (sopa de alubias) o el pkhali (un preparado con diferentes verduras y nueces).
3. Es un destino para amantes del vino
Los georgianos creen fervientemente que su tierra es la cuna del vino. No en vano, la tradición vinícola viene de lejos, pues se remonta a hace 8.000 años, según algunas investigaciones. En los almuerzos y en las cenas, el vino es algo que no puede faltar. Sobre todo, si visitas la región de Kakheti, la principal zona productora de vino de Georgia, enseguida te familiarizarás con vinos de uva como Saperavi y populares etiquetas como Kindzmarauli o Tsinandali.
4. Te encontrarás muy cerca del pico más alto de Europa
Con 5.642 m de altitud, el monte Elbrús se alza como la montaña más elevada de Europa. Se localiza en la cordillera del Cáucaso, pero en territorio ruso. Viajar por Georgia hará que, en ocasiones, te sientas muy pequeñita al sentirte rodeada de esta cadena montañosa. En la estación de esquí de Gudauri, no solo podrás esquiar a un precio irrisorio en comparación con cualquier estación europea, sino que el paisaje escarpado a tu alrededor te dejará extasiada. En la región de Svaneti, podrás levantarte cada mañana con la inmensidad del Cáucaso dándote los buenos días. En esta región, visita Mestia o Ushguli (considerado el pueblo habitado más alto de Europa) y sabrás de qué estoy hablando.
5. Sus iglesias milenarias te dejarán sin palabras
Georgia es una de las naciones de mayor tradición cristiana. La religión mayoritaria es la cristiana ortodoxa y, de hecho, se trata de uno de los pilares fundamentales en el país. Las iglesias ortodoxas georgianas son una maravilla principalmente porque son 100 % genuinas, sin lujos ni excentricidades. En su interior es posible notar el paso de los años, el frío de la piedra y el antiguo esplendor de unos frescos apenas rehabilitados. Cruzar las puertas de estas iglesias es retroceder unos cuantos siglos en solo unos segundos.
6. Un resort único de arenas magnéticas te espera en el Mar Negro
El epicentro estival por excelencia es la ciudad de Batumi, localizada a unos pocos kilómetros de Turquía y cuyo skyline pareciera que busca parecerse a Dubái. En Batumi, el Mar Negro nos trae playas de piedras, pero basta con trasladarse unos kilómetros al norte para llegar hasta Ureki. Lo que este pequeño pueblo tiene de especial son sus arenas negras magnéticas y con propiedades medicinales. Tanto es así que se ha convertido en una especie de resort curativo para aquellos con problemas cardiovasculares y en los órganos respiratorios.
7. Es el paraíso para los amantes de la naturaleza
Y es que, Georgia es naturaleza en estado puro. Basta con retirarse de las principales ciudades (Tbilisi, Batumi o Kutaisi) para encontrar entornos vírgenes e inesperados. Si te gusta el senderismo, no puedes dejar de visitar en Georgia el pueblo de Kazbegi. Esta diminuta población escondida entre montañas abruptas ofrece una idílica ruta hacia la iglesia de Gergeti. El recorrido está exento de dificultad, si bien las condiciones climatológicas pueden tornarse en adversas en apenas 5 minutos. Sin embargo, una vez alcances el objetivo, todo sufrimiento habrá merecido la pena. En David Gareja, junto a la frontera de Azerbaiyán, el paisaje es desértico y totalmente diferente. Se trata de un conjunto de monasterios incrustados en la roca, cuyo acceso puede resultar enrevesado. Algunos datan del siglo VI y albergan extraordinarios frescos.
8. La autenticidad está presente en cada rincón
Viajar por Georgia a veces no es fácil y las carreteras pueden hacerse eternas. Pero así, probablemente, valores más el destino. Desde el mismo momento en el que te subes a una marshrutka (minibuses tradicionales heredados de la extinta Unión Soviética), sabes que ese viaje no va a ser como ningún otro. Entonces, llegas y descubres la belleza de la sencillez y la humildad: un puesto de frutas callejero, una iglesia medio derruida, oficios que creías desaparecidos, unas vacas que campan a sus anchas en medio de la plaza principal o un funicular casi centenario que continúa funcionando.
9. Descubrirás un alfabeto fascinante y alguna que otra curiosidad
El alfabeto georgiano te parecerá ininteligible (y es que lo es), pero, al mismo tiempo, te resultará de lo más llamativo. Compuesto por 33 caracteres, está inscrito en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Durante tu viaje a Georgia, asimismo, aprenderás interesantes hechos como que, en realidad, el país se llama Sakartvelo (escrito საქართველო en georgiano) o que es la tierra que vio nacer al ex-líder de la URSS, Josef Stalin.
10. El turismo en Georgia todavía no es masivo
Si Georgia continúa conservando su esencia es porque aún el turismo no es masivo. De ahí que sea una buena oportunidad visitar Georgia sin mucho tiempo que perder. Por ejemplo, este verano.