México es un destino enorme en el que basta con recorrer unos kilómetros para descubrir un pueblo con una identidad muy definida y un encanto sin igual. Basta con decir que ya son casi 200 Pueblos Mágicos, pero existen muchos más que a pesar de no ostentar el título, sí que desbordan experiencias, paisajes, ofertas gastronómicas, artesanías y arquitectura que vale la pena conocer.
Es por eso que hoy te traemos algunos de los pueblos pequeños más encantadores de México para conocerlos todos, un fin de semana a la vez.
1. Mazamitla
Si la playa no es lo tuyo, este pueblo chiquito y muy bonito envuelto entre montañas en Jalisco ofrece una atmósfera acogedora y cubierta de neblina en medio del bosque.
Conocido también como ‘la Suiza mexicana’, Mazamitla es un destino cuyo encanto deriva no solo de sus calles empedradas con casas pintadas de blanco y techos de tejas rojas, sino también de las cascadas y reservas naturales a su alrededor, las cuales son perfectas para quienes adoran sumergirse en la naturaleza y practicar deportes al aire libre.
2. Xilitla
Famoso por ser hogar de los impactantes jardines surrealistas de Edward James, Xilitla es un pueblo que, si bien nació mucho antes de que el millonario inglés decidiera construir aquí su propia interpretación del Jardín del Edén, destaca por compartir un encanto único y onírico muy distinto al de otros Pueblos Mágicos de corte colonial.
Este pueblito enclavado en la Huasteca Potosina manifiesta arraigadas tradiciones ancestrales de los nativos nahuas y teenek, quienes convivían armoniosamente con la naturaleza en un pueblo de calles empedradas y muy empinadas con vistas que te roban el aliento con cada colina.
Aquí se puede visitar también el Museo de Leonora Carrington, de modo que todo amante del surrealismo debe parar aquí al menos un día durante su viaje por San Luis Potosí.
3. Cuetzalan
En la cima de las montañas de la sierra de Puebla se encuentra Cuetzalan, uno de los pueblos más bonitos para descubrir en medio de la niebla, rodeado de cafetales, cascadas, cuevas y grutas.
Las raíces totonacas y nahuas de la comunidad siguen siendo un pilar fundamental de la identidad de la comunidad local, y este es uno de los lugares en el que todavía se lleva a cabo la danza de Los Voladores, el cual ha sido proclamado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO y se lleva a cabo frente al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en el corazón del pueblo.
4. Valladolid
Este pueblito en Yucatán fue uno de los primeros en fundarse tras la llegada de los españoles y su ubicación privilegiada lo convierte en el perfecto punto medio para cualquiera que sea tu plan durante tu visita a la península: se encuentra exactamente entre Mérida y Cancún, muy cerca de Chichen Itzá, Ek Balám y Cobá, y está rodeado de cenotes y paisajes selváticos de los que es imposible no enamorarse.
Sus calles son tranquilas pero conservan una atmósfera vibrante y llena de vida que vale la pena recorrer para descubrir su arquitectura colonial y los ‘antojitos’ que se venden en cada esquina.
5. Puerto Morelos
Cuando pensamos en Quintana Roo, generalmente nos vienen a la cabeza el ambiente citadino de Cancún, el espíritu bohemio de Tulúm y la esencia ‘fiestera’ de Playa del Carmen.
En medio de estos destinos ultra conocidos y atestados de resorts, Puerto Morelos conserva la atmósfera apacible de un pueblito costero con restaurantes sin pretensiones pero muy propositivos que sirven los productos más frescos frente a un mar lleno de botes pesqueros.
Por las mañanas, te recomendamos aprovechar para descubrir las maravillas naturales que envuelven este pueblito, como la ruta de los cenotes y el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, y por las tardes, nada como salir a recorrer la plaza central mientras disfrutas un helado.