Recorrer la Patagonia de punta a cabo, atravesar los glaciares y montes, entre muchas otras cosas es una experiencia que todo trotamundos sueña algún día con desarrollar.
Conjuntamente de todos los atractivos que Argentina y Chile nos prometen como paisajes inquietantes, platos locales, gentes conservadores y afables, aquí conocerás algunas razones divertidas que te animarán, aún más, a querer planear tu viaje a Patagonia.
Aunque la península de Valdés tiene la misma cantidad de habitantes y ballenas (500), en Punta Tombo la balanza se inclina a favor de los pingüinos, alrededor de sólo 120.000 espectadores, frente de aproximadamente 800.000 pingüinos, entre septiembre y abril.
La Patagonia Austral experimenta algunos de los días y noches más cortos del mundo en verano (21 de junio) e invierno (21 de diciembre) respectivamente. Es decir, en enero, puedes disfrutar de hasta 17 horas de luz solar (alrededor de las 5:00 a 22:00).
Ushuaia, la ciudad más meridional del mundo, es el lugar ideal para pasar 5 minutos respirando el aire helado y observando el horizonte mientras intentas vislumbrar la Antártida.
En el Canal Beagle, frente al litoral de Ushuaia, está el faro rojo y blanco Les Éclaireurs, el cual es, erradamente, calificado como el faro del fin del mundo, pero el verdadero está ubicado al final de la costa argentina, en la Isla de los Estados. Quienes llegan al faro San Juan de Salvamento, pueden experimentar lo que es llegar al fin del mundo.
En el Parque Nacional Torres de Paine, popular destino para caminatas, además de admirar las espectaculares cumbres graníticas, existen 274 especies de plantas, 126 especies de aves, 25 especies de mamíferos, 6 de reptiles, 3 de anfibios y otras 6 de peces.
El Parque Nacional Glacier es la tercera área de hielo continental más grande del mundo, después de la Antártida y Groenlandia. Parece ser un horizonte blanco infinito, con asombrosas grietas que resuenan cuando el hielo se rompe.
Pasar por el legendario Cabo de Hornos y entrar en Tierra de Fuego, llamada la tierra del fin del mundo, esto enciende el espíritu de aventura.
Es imposible no imaginar que Magallanes fue el primero en descubrir el fin del mundo lleno de llamas para iluminar la noche oscura, de ahí el nombre de Tierra de Fuego.
Si quieres experimentar las cuatro estaciones en una misma jornada, esto lo tiene también la Patagonia. Pasarás de un torrencial aguacero a un sol brillante mientras observas cordilleras nevadas y entonces no sabrás si quitarte o ponerte el abrigo.
La autopista nacional 40 empieza al nivel del mar y es una de las carreteras estatales más largas y hermosas del mundo.
Tiene una longitud total de 5.140 km, ubicada al pie de la majestuosa Cordillera de los Andes, y cruza 21 parques nacionales y 11 provincias de Argentina a más de 5.000 m de altitud, es la ruta más alta de América y del mundo, salvo la del Himalaya.
El montarse en El Tren del Fin del Mundo no es sólo rimbombante por su nombre, sino porque su trayecto atravesando bosques subantárticos para llegar al Parque Nacional de Tierra de Fuego, es algo que nunca olvidarás.
