Señalada como la Atenas de Yucatán, Espita es una metrópoli atestada de encantos donde el diseño y la naturaleza se acoplan, y Casona los Cedros es uno de sus hoteles boutique más dotado de hermosura.
Los espacios de aire rústico son encantadores, allí la naturaleza y el diseño se combinan para crear contextos llenos de lujo y comodidad, es por eso que Yucatán es otro de nuestros destinos favoritos para pasar unas vacaciones. Sus playas, jardines y reservas ecológicas son un lujo para cualquier trotamundos que busque zonas llenas de historia y tradición, y Casona los Cedros es uno de los excelentes hoteles boutique para deleitarse en el destino.
Casona los Cedros pertenece a la historia de un municipio que cuenta con magníficos cenotes y edificaciones arquitectónicas asombrosas, y sus iglesias blancas le conquistaron el alias de ‘La Atenas de Yucatán’. En este hermosísimo lugar, el lujo al natural sobresale en una construcción de techos altos, madera legitimada, bejuco, piedra, sisal y losas especiales yucatecas, creando de esta casona un lugar lleno de tranquilidad donde solo percibirás el viento entre los árboles y el eco de las aves.
Esta ciudad chica yucateca es un lugar donde la arquitectura europea con estilos minimalistas desemboca en el estilo clásico y colonial de Yucatán, estableciendo ambientes misteriosos llenos de luz y primor natural. El boceto de Casona los Cedros estuvo a cargo de Laura Lecué y Alan Montfort, quienes la obtuvieron y remodelaron originalmente, hasta que en 2020 se hizo la expansión de hotel boutique inmediato con el bar que ya tenían en labor desde 2019.
Casona los Cedros conserva un estilo clásico y refinado que combina materiales locales con una arquitectura colonial que mantiene su encanto rústico, esto se puede ver en la terraza a lado del bar, donde unas sillas de madera perfeccionan el espacio lleno de colores cálidos que incitan al descanso. Las habitaciones asimismo conservan ese estilo clásico y minimalista en matices color tierra que te confortarán durante toda la estancia.
El trabajo con obreros locales se ve desde la arquitectura del hotel boutique hasta la cocina, donde el chef Jorge siempre busca utilizar ingredientes sostenibles que alienten el consumo local, por lo que no es raro hallar platos como su arroz meloso con longaniza de Temozón, o su crema de sucila y aguacate local. Otro de los atrayentes de esta casona es su piscina de borde infinito, que te dará la impresión de estar en un contexto selvático lleno de paz y simetría.