El verano es una de las épocas en que la isla de Manhattan luce más esplendorosa. Y no hay mejor manera de disfrutarla que desde los nuevos miradores de Nueva York, con experiencias expandidas o redescubrir las ya tradicionales azoteas que nunca dejarán de asombrar.
Estas son algunos de los lugares a cientos de metros del suelo que brinda la ciudad para disfrutar de su arquitectura y su impresionante tamaño.
Summit
Más que un mirador es una interesante experiencia conceptual inmersiva y, por supuesto, 100% instagrameable.
El One Vanderbilt es un rascacielos de 93 pisos en el centro del Midtown de Manhattan, a un costado de la Grand Central Terminal y a pocos metros del edificio Chrysler. Su antena a 427 metros del suelo lo hace el cuarto edificio más alto de la ciudad y uno de los 30 más altos del mundo.
Edge
Al oeste de Manhattan, junto al río Hudson, se encuentra Hudson Yards, uno de los desarrollos inmobiliarios más vistosos de Nueva York. Éste aprovechó el espacio que hay sobre una de las terminales ferroviarias más grandes que hay en la ciudad.
Los rascacielos no pueden faltar en esta nueva área que pretende expandir el distrito financiero neoyorquino: uno de ellos es Edge, con 110 pisos y el mirador al aire libre más alto del hemisferio occidental.
Empire State
El mirador del piso 102 del Empire State nunca pasará de moda, y menos con la experiencia que brinda a través de su exposición perene con fotos de las personalidades que han visitado este icónico rascacielos.
Las instalaciones están inspiradas en las películas que se han filmado en uno de los edificios más altos de la ciudad —como las distintas versiones de King Kong— y las explicaciones interactivas de cómo fue su construcción.
Puente de Brooklyn
Uno de los sitios más visitados de Nueva York es el Puente de Brooklyn. Al amanecer no hay muchas personas por ahí, así que podrás admirar la salida del sol detrás de los rascacielos y disfrutar del juego de colores y luces que se dibuja al reflejar sus rayos en ellos y sobre el mismo río.
Moxy NYC Chelsea
En el corazón de Chelsea, en una calle llena de comercios especializados en la venta de plantas, está el hotel de diseño Moxy Chelsea, en cuyo piso 35 está The Fleur Room, un bar exclusivo con una de las mejores vistas de la isla de Manhattan.
Desde las habitaciones minimalistas, en los últimos pisos, tendrás vistas increíbles con solo correr la cortina de tu ventanal. Es una experiencia casi inmejorable el despertar viendo desde tu cama el Empire State Building. Y, antes de ir a dormir, podrás enterarte a qué país, personaje o efeméride le dedicaron la iluminación esa misma noche.
