Planificar un viaje a París, la ciudad de la luz y el amor, es emocionante, pero también puede ser abrumador, especialmente para aquellos que visitan por primera vez. Esta metrópolis encantadora, conocida por su rica historia, arte incomparable y gastronomía de renombre mundial, ofrece una experiencia única que puede verse fácilmente opacada por errores comunes de planificación y expectativas.
En nuestra guía «10 errores de viaje que debe evitar en tu próximo viaje a París», desvelamos las trampas más frecuentes en las que caen los turistas y proporcionamos consejos prácticos para maximizar su disfrute en esta magnífica ciudad. Desde desaciertos en la gestión del tiempo hasta pasos en falso culturales, aprender de estos errores comunes asegurará que su aventura parisina sea tan mágica y memorable como siempre soñó.
1. No decir «Bonjour» al entrar o «S’il Vous Plait» y «Merci» lo suficiente
2. Esperar el agua y la cuenta en los restaurantes
Comer y beber en París es un pasatiempo favorito que hay que tomarse en serio, tanto que no te apresurarán a salir por la puerta al terminar de comer. Comer es un momento para saborear tanto los platos como la compañía. Por eso la cuenta no llegará tan pronto como se hayan retirado los platos y hayas bebido el último sorbo de agua.
A propósito, lo más probable es que tengas que pedir agua – «une carafe d’eau, s’il vous plait», si solo quieres agua del grifo-, a menos que estés en un restaurante súper elegante. La cuenta solo se dejará caer sobre la mesa cuando la pidas («l’addition, s’il vous plait»).
3. Olvidarse de reservar con antelación en los restaurantes
4. Visitar en agosto o diciembre
5. Tomar un café en una cafetería de la esquina
Todavía está permitido fumar en las terrazas, así que espera que lo que pidas venga acompañado de humo de segunda mano. Y el café en estos lugares no es bueno. Es mejor que pidas vino o cerveza si lo único que quiere es beber y disfrutar de la escena.
Los amantes de los granos de calidad deberían ir a cualquiera de las nuevas cafeterías artesanales que proliferan en París para disfrutar de un auténtico filtre (café largo y negro de goteo) o de una crème cuya espuma no sea el equivalente a las burbujas de un baño excesivamente jabonoso.
6. Comprar una baguette en lugar de una tradición
7. Comer o beber sobre la marcha
Hablando de comer o beber sobre la marcha, los parisinos no lo hacen. De nuevo, la comida y la bebida están pensadas para disfrutarlas e ingerirlas despacio, no con prisas, encima del ordenador o en el metro.
El café rara vez se pide para llevar o se toma en el camino; incluso comer manzanas o plátanos en la calle puede provocar la burla de la gente. Y aunque en la mesa también hay ciertas normas -como la forma correcta de cortar el queso o de servir el vino-, los parisinos son, en definitiva, un grupo internacional, así que si quieres comerte una hamburguesa o un trozo de pizza con las manos mientras ellos cortan las suyas con tenedor y cuchillo, adelante.